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Terapia Celular, parte 12 LA GLANDULA TIROIDES EN LA HEMO-GLUCO-REGULACION Desde 1825 ya se describían los síntomas que daba la enfermedad producida en la glándula tiroides, pero no se sabía cuál era la causa ni qué órgano era el enfermo; fué hasta 1914 cuando Kendall relaciono las enfermedades de la tiroides con determinados síntomas que más tarde, en 1927, fueron completamente aclarados por Harrington. La glándula más voluminosa y más visible a la simple vista, está situada en la parte antero-inferior del cuello, sobre la traquea, por lo que en los enfermos con facilidad se les ven los movimientos que produce la deglución al moverse este órgano. En la parte superior del tórax y en la base del cráneo, existen otras formaciones semejantes o iguales a la glándula tiroides, se les llama ABERRANTES; también la constitución histológica parecida o igual a la tiroides demuestra su igual funcionamiento. Son muy variados los efectos producidos en los animales por la extirpación de esta glándula; los conejos son los que presentan los signos más constantes por lo que veremos en ellos sus efectos. En los animales jóvenes, durante los primeros diez días, no tienen ningún síntoma; pero después de este tiempo, comienzan a presentarse diversos signos y síntomas generales, como son: apatía a todo, inmovilidad, pérdida del apetito, adelgazamiento, y al fin la muerte. La detención del crecimento que sólo se observa en los jóvenes, se debe a la falta de fijación de sales de calcio en la epífisis, extremidades óseas, lo que impide el crecimient de los huesos; por lo que si se logra que perduren a la extirpación, se verán animales con la cabeza muy grande y las extremidades contrastando por su pequeñez. La salida muy tardía de los dientes y la carie, son otros síntomas frecuentes. Todos los anexos de la piel, pelos, uñas, etc., se detienen en su desarrollo. Las actividades sexuales se detienen o disminuyen en grado sumo: las gonadas guardan sus caracteres infantiles; la formación de espermatozoides falta en los machos, y en las hembras los ovarios casi no sufren ningún desarrollo. En los animales adultos en experimentación, ya no pueden observarse los trastornos del crecimiento, pero en cambio son más marcados otros como son: la apatía y la hipotermia más acentuadas; el metabolismo basal llega al 25 o 40% menos; la tolerancia a los glúcidos es aumentada; las grasas tienden a acumularse en todos los tegumentos; la colesterina aumenta y el metabolismo de los prótidos se detiene; baja mucho la presión arterial, así como el ritmo cardíacó; viene por fin anemia intensa que termina con la muerte de los animales en experimentación. Existe mucha diferencia sintomatológica entre las diferentes épocas de vida del animal; pues cuando se está efectuando la conformación del mismo, que es durante el último período de vida embrionaria, los trastornos causados por la extirpación de la tiroides son IRREVERSIBLES. El cretino es el individuo que trae atrofia o degeneración de la glándula tiroides desde su nacimiento; es una afección congénita. En cambio en el mixedematoso, la enfermedad ha sido contraída cuando todo el desarrollo ha llegado a lo normal. El extracto tiroideo suministrado a los animales sanos produce: trastornos cardiovasculares, taquicardia, aumento del número de latidos, vasodilatación periférica, en donde no interviene la acción del vago. La administración prolongada produce: excitación psicomotriz, caracterizada por: temblores, excitación sexual, trastornos tróficos de la piel y de sus anexos; fiebre con adelgazamiento y los metabolismos de todos los compuestos se encuentran aumentados: aceleración del consumo de oxígeno y por lo tanto mayor producción de anhidrido carbónico, mayor excreción de creatinina y de urea; aumento del metabolismo basal, agotamiento de las reservas de glucógeno en el hígado y en los músculos. Esta es una de las glándulás hormonales que más relación tiene con la regulación de los glúcidos. En los animales que se les ha extirpado el tiroides se observa franca hipoglicemia y tolerancia a los glúcidos; igual sucede en los enfermos mixedematosos; todos estos síntomas seguidos de trastornos inversos en los animales con hipertiroideismo. Esta acción hiperglicemiante no es debida a diabetes de naturaleza tiroides, sino a la aceleración de la absorción intestinal de los glúcidos, provocada por la estimulación de la fosforilización en la mucosa del ileón; es aumentada la oxidación de la glucosa de los tejidos, lo que hace que disminuyan las reservas de glucógeno del hígado. Interviene también esta hormona en el metabolismo de los lípidos; éste se demuestra por la destrucción de las globulinas y la fijación de las nucleoalbúminas; por estos motivos la eliminación de la creatinina aumenta como ya dijimos. Como la suprarrenal, también esta glándula tiene un importante papel en el eqilibrio hídrico. Tanto en el animal que se le ha extirpado la tiroides, como en los enfermos mixedematosos, se ve desde luego el edema de todos los tegumentos y en general, de todos los tejidos; pero este edema es bastante discreto, sin faltar nunca; como todos los edemas puede producir en todas las serosas derrames líquidos: ascitis, pericarditis, pleuresía. Se utiliza a veces en terapéutica el papel diurético de los extractos tiroideos. Regula el metabolismo mineral, sobre todo del yodo y del cloro; la glándula tiroides retiene o libera el yodo de acuerdo con las necesidades del organismo, y éste lo contiene bajo el nombre de tiroglobulina que es una mezcla de diyodotiroxina y de tiroxina. Todas las funciones de esta glándula están en relación con el metabolismo del yodo: el cuerpo tiroides es el más rico en este metaloide; cuando falta éste, se vuelven inactivos los extractos de tiroides; la administración de este cuerpo modifica la citología de la glándula. El sistema nervioso central y el vegetativo, son mantenidos por la excitación de esta hormona. No sólo acciona como simpaticomimética sino es anfótropo; lo que significa que desempeña ambas funciones: excitante del simpático y del pneumogástrico. Por esta causa se observa que a la vez se pueden ver ambos síntomas en los enfermos de simpaticotonia, como son la diarrea y sudores profusos junto con la taquicardia. Además de esta acción sobre el sistema nervioso de la vida de relación y de la vegetativa, tiene también acción interendócrina; estimula los órganos genitales, tanto los caracteres sexuales secundarios en el hombre como en la mujer son acelerados; así como la preñez es mantenida a término cuando funcionan bien estas glándulas; esta hormona tiene acción sobre el hígado, páncreas, hipófisis, suprarrenales y el timo. Han sido extraídos de esta glándula diferentes cuerpos a quienes se les ha atribuido función hormonal; todos los extractos sólo han coincidido en que el principal constante componente es el yodo: verdadera hormona tiroidea. En efecto, se ha podido extraer la yoditirina, tiroglobulina, tiroxina y últimamente la diyodotirosina; ésta última, por lo menos, parece que es el esqueleto químico de la diyodotirosina la que parece la verdadera hormona, la TIROXINA ; este último cuerpo es una substancia blanca, insípida, formada de pequeñísimos cristales; contiene un 65% de yodo. Ya se fabrica sintéticamente la tiroxina, pero sus cualidades químicas son diferentes, por lo que su acción terapéutica es menos eficaz.Las diferencias que se encuentran en la forma de actuar de un medicamento, obedecen a las diversas composiciones químicas que nos presentan los laboratorios. En los renacuajos, se ha hecho la experiencia de añadir al agua donde habitan estos animales cantidades homeopáticas de tiroxina. Se observá que aceleran rápidamente todos los cambios metamorfosicos. La actividad de la tiroxina es tan eficaz en los animales con extirpación de la glándula y en los enfermos mixedematosos, que las modificaciones sobre el crecimiento y el metabolismo basal casi pasan inadvertidas. En efecto, un miligramo de tiroxina administrado durante 2 sémanas, eleva el metabolismo de menos de 30 hasta más de 12%. Ambos sistemas nerviosos, de relación y de la vida vegetativa, son grandemente influenciados por esta hormona, produciendo siempre excitacion. Tiene acción casi específica frente a la adrenalina, la hormona médulo-suprarrenal, sensibilizando al organismo, por lo que a veces, en los enfermos a quienes se les han dado mayores dosis de la glándula tiroides, se producen trastornos cardíacos graves. El mecanismo de acción de la hormona, no está claro; se admite, como con todas las demás hormonas, que sea por vía sanguínea directa; pero un hecho que está en contra de esta teoría, es el de que, administrada por cualquier vía de penetración, pasa mucho tiempo, "tiempo perdido", para que se manifiesten los efectos de la hormona; se ha pensado, por esto, en que la forma como actúan no es la misma que la de las otras hormonas; este hecho no está aclarado. Para unos, esta hormona acelera las oxidaciones celulares, como un simple catalizador, actuando principalmente sobre los glúcidos; pero está también demostrado que tiene acción sobre el metabolismo de los prótidos, interviniendo en la etapa anaerobia y en los procesos de óxido-reducción. La mayor influencia que hay para la secreción de la hormona, viene de la hipófisis: actividad de la formación de la hormona directamente en las células basófilas que la producen; y excreción, fuera de estas células y dentro de la corriente sanguínea; estas dos formas de actuar se deben a las tiro-estimulinas producidas por la hipófisis.
RELACIONES DE LAS GLANDULAS SEXUALES CON LA HEMO-GLUCOREGULACION El gran capitulo de las hormonas sexuales es el que nos toca en turno tratar en sus relaciones con la regulación de las OSAS de la sangre y por consecuencia de todas las células. Ambas están dotadas de dos funciones principales, por ahora conocidas: una de secreción externa — espermatozoides en el hombre y óvulos en la mujer — y otra de secreción interna. Nos vamos a referir sólo a las secreciones internas, por ser las únicas que tienen más relación con la hemo-gluco regulación. En ambos sexos las secreciones internas u hormonas, provienen, como ya se dijo en otro capítulo, de la oxidación del COLESTEROL y tienen todas mucha semejanza fisicoquímica; pero parece que existen además hormonas sexuales de especificación opuesta en todas sus funciones fisiológicas. El primitivo óvulo fecundado o fertilizado por el espermatozoide, va a producir o a derivarse en trillones de células; lo que significa que de una célula microscópica se forma un complejísimo organismo diferenciándose tejidos y órganos, pero que trabaja como UN TODO, al unísono. Como casi todas las glándulas de secreción interna, el ovario está formado o se le distinguen dos partes histológicamente importantes: la central que es la substancia medular y la periférica o cortical; de esta última región es de donde se han encontrado tejidos o células que son las que producen los OVULOS. Vierte en la sangre algunas substancias de orden hormonal que aunque ya se sabe mucho de sus funciones, todavía no se conocen totalmente. Estas hormonas influyen, como ya veremos después, en la evolución de los órganos genitales, en los caracteres sexuales secundarios y en la preparación del embarazo. Pero para nuestro estudio interés, son estas hormonas las que más importancia tienen en el carácter, mentalidad, conducta y casi todas las manifestaciones de la mente de cada una de las personas, y no se diga las directas relaciones entre el cerebro y por lo tanto las psíquicas, no sólo las consideradas como nerviosas, sino que como ya dijimos, las llamadas PSIQUICAS. Claramente se han hecho observaciones de las lesiones causadas en animales sobre el cerebro y se han obtenido los siguientes datos: se nota un desequilibrio general de todas las secreciones internas, pero en especial de las sexuales; hay involución global tumultuosa de las glándulas genéticas tanto masculinas como femeninas. Se detienen los procesos mitósicos de las células seminales hasta transformarse en forma y estructura diferentes a las normales; la espermatogenesis es detenida; en la mujer, igualmente degeneran todos los procesos de formación del óvulo. Para compensar estos efectos, el grupo de glándulas antitético entra en mayor actividad poniendo en circulación un exceso de hormonas, especialmente las suprarrenales, la hipófisis y la tiroides. Toda esta descompensación glandular a su vez trae como consecuencia, fuera de su órbita, en la mente del animal en experimentación, perturbaciones bien claras de manifestación psíquica. Si la causa que motivó en el cerebro el desequilibrio hormonal continúa, llega a constituirse una verdadera enfermedad, que por sus manifestaciones, la catalogamos como mental. Pero si desaparecen las causas entonces viene un proceso de reintegración, tanto de los testículos como de los ovarios y se inicia una recuperación del equilibrio interglandular y posiblemente vuelva a su normalidad el estado mental. Parecidos fenómenos se observan en los llamados traumas psíquicos, no son así, sino que por ahora así se juzgan, por no tener los suficientes argumentos para demostrar que no tienen tal patogenia; en ambos casos orgánicos o psíquicos, de una manera especial siempre sufren alteraciones las glándulas sexuales. Hemos observado en la esfera sensorial, por ejemplo: suprimir el oído al animal, aun sin tocar los respectivos órganos periféricos, se ven desequilibrios metabólicos bastante serios y que generalmente traen repercusión en los procesos de la procreación. Ya está demostrado que existen en el hipotálamo y en el cuerpo estriado centros vegetativos que dirigen o están en íntima relación con todos los procesos llamados psiquicos; parece que también están diseminados en toda la masa cerebral y regulan la vida orgánica en armonía con la vida psiquica, uniformando el ritmo de los procesos de la procreación de acuerdo con las exigencias del ambiente en que vive el animal. Como estos centros tienen actividad en masa, por este motivo, cualquiera mutilación, en cualquier grado, del cerebro, siempre produce, una deficiencia en los órganos que son regidos por los centros cerebrales. Como estamos viendo desde los anteriores capítulos el complejo vegetativo-endócrinogenital, lo mismo que todos los complejos biológicos, abarca, como su nombre lo indica, todos los llamados fenómenos psíquicos, el campo parasimpático-simpático. Son las funciones de la vida vegetativa regidas por las dos innervaciones, una frenadora y otra excitadora, y el campo endócrino, que es al que le toca en turno; por estar viendo las relaciones que existen entre la regulación de los azúcares en la sangre y en todas las células. Tanto el hombre como la mujer están sujetos a trastornos de origen hormonal, con síntomas psíquicos, en ocasiones manifiesta y en la mayoría de las veces latente, ocultos, sobre todo en la mujer. Como un hecho curioso, que se observa con frecuencia en la mujer, encontramos numerosos casos de esquizofrenia o de alguna de las neurosis o psicosis, tan comunes en los individuos de sexo femenino que casi las manifestaciones o los síntomas psíquicos se refieren y son manifestados por perturbaciones sexuales: erotismo, en general atracción erótica hacia el sexo opuesto. En estado consciente está envuelto en una atmósfera espiritual, que es lo que nos diferencia de los animales, pero que en último análisis, es igual en todas sus manifestaciones, distinguiéndose por ser esencialmente egoísta en animales y en el ser humano. Para unos, son las dos inervaciones del simpático y del parasimpático, las que regularizan las funciones sexuales y para otros son esencialmente las mismas hormonas, tánto sexuales como las demás, las que rigen esas funciones. La patología del sistema nervioso central y vegetativo, en sus relaciones íntimas, cuando hay desequilibrio entre el simpático y el parasimpático, que son los que inervan la esfera genital, lo mismo en el hombre que en la mujer, lo más importante, para unos fisiólogos, para curar y comprender estos graves desarreglos, son estos desequilibríos del sistema vegetativo los que hacen infelices a tantos hombres, y a mayor número de mujeres. Para otros fisiólogos, es la pobreza de hormonas sexuales la que produce este disfuncionamiento y acarrea las perturbaciones de apariencia espiritual, pero de claras manifestaciones del orden sexual. Debemos recordar lo que diariamente observamos: enfermos con apariencia eunocoide, poco desarrollo testicular, y en general con todas las apariencias de hipoplasia, demuestran en la vida real, mayor erotismo y mayor capacidad para todas las funciones de su sexo. En cambio, personas con mucho desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, y a veces mujeres hermosísimas, por la perfección de su desarrollo físico y psíquico, que a cada rato están contradiciendo estas grandes cualidades, puesto que muchas, nunca han comprendido, por no haberlo sentido, a pesar de largos períodos de vida sexual, lo que son los grandes fenómenos del orgasmo, causa común de los dramas del individuo y muchós de la humanidad. Cerebro, hormonas y sistema vegetativo intervienen más o menos, según el caso y la persona, en estas manifestaciones del sexo. En el segmento del segundo al cuarto sacros de la médula espinal, están localizadas las fibras nerviosas, que van a los órganos genitales, tanto en el hombre como en la mujer; todas las manifestaciones observadas, antes, durante y después de todos los fenómenos del sexo, están subordinadós a estos nervios; el nervio pudendo és el que lleva las sensaciones sénsoriales a la médula y la contestación o el arco reflejo se completa por la respuesta de los nervios que salen de estas regiones de la médula sacra; además de estos centros medulares, óbran las hormonas excitando el centro erótico y por otra parte y en diversa forma, actúa la corteza cerebral. La corteza recibe las impresiones auditivas visuales, olfativas, táctiles, etc., para accionar sobre los centros del orgasmo, lo mismo en el hombre que en la mujer; por esto el recuerdo olfativo, el gustativo, visual, auditivo, en general sensorial, produce la excitación de la corteza cerebral y ésta actúa sobre los centros del simpático lumbar y sobre los centros del parasimpático sacro. Se admite que hay otra vía de excitación sexual además de la hormonal y de la circulatoria: la nerviosa-hormonal, compuesta por los nervios olfativo y óptico que provocan excitación sexual por medio de los reflejos óptico-hipofisiario y olfato-hipofisiario. Se acepta que de los nervios olfativo y óptico, parten fibras nerviosas que actúan sobre los centros secretores de la hipófisis situados en el diencéfalo, provocando por parte de esta glándula, hipersecreción de hormonas gonadotropas o prolanes, hormonas producidas por la hipófisis que van a excitar las funciones hormonales de las glándulas sexuales, en ambos sexos, que por la vía sanguínea llegan al testiculo o al ovario excitando la formación de hormonas sexuales; esta vía nerviosa hormonal refleja, obra más lentamente que la vía de las imágenes de la corteza cerebral, impresionada por la audición, visión, olfato, o simplemente el recuerdo de las imágenes corticales erotizantes. De aquí se ha derivado clasificar en dos tipos; según la influencia simpática, los sujetos para simpáticos-esténicos (vigoroso, fuerte) de actividad sexual exagerada, de mentalidad sexual y de manifestaciones en toda la esfera de su vida predominándo el problema de la sexualidad. Y los opuestos, los simpaticos-lábiles, fácilmente excitables, pero de excitaciones débiles cortas, porque el para-simpático se deja vencer en seguida por su antagonista el orto-simpático, vasoconstrictor; domina el ortosimpático, que tiene fibras nerviosas vasoconstrictoras y fibras inhibidoras, lo que produce en todos los órganos del orgasmo sexual, la calma, el reposo y la inhibición de todas las funciones genitales. La excitación de estas fibras produce la inhibición; lo contrario sucede si se cortan estas fibras, entonces todos los órganos de erección, tanto en el hombre como en la mujer, presentan en ellos priapismo constante que puede durar hasta meses. Experimentos practicados en perros han probado qué son los nervios ortosimpaticos correspondientes a los ramos 4o. y 5o. de donde emergen las fibras inhibidoras de la erección. No sólo la acción mecánica de la sección de estas fibras sino también de la acción emotiva que llega o del cerebro o por un acto reflejo, puede interrumpir o hacer disminuir todo el orgasmo, igual en ambos sexos. Una prolongada castidad, igual en el hombre que en la mujer, puede producir la falta de excitación y por lo tanto determinada impotencia; lo mismo que el exceso, como en cualquier otro órgano o sistema, produce a la larga el agotamiento, la impotencia y la falta de respuesta a las excitaciónes regulares de la esfera sexual. La castidad voluntaria u obligada, tiene acción sobre la corteza cerebral, produciendo inhibición por acción directa de la corteza cerebral sobre las secreciones hormonales y acción sobre los centros vegetativos. No se puede precisar hasta dónde interviene cada uno de estos órganos en estas funciones tan complejas. Está comprobado en los sujetos con hipertiroidismo, con hipersuprarrenalismo, con perturbaciones, en los que se manifiesta la pérdida inmediata de las manifestaclones sexuales, hasta presentar en algunos casos síntomas feminoides u homosexuales en ambos sexos. Tanto en los hipersuprarrenales como en los hipertiroideos, sus secreciones endócrinas excitan efectivamente la esfera simpática, por esta causa endócrina de excitación, son sujetos o individuos predispuestos a la impotencia funcional, por tener efecto la acción endócrina sobre el ortosimpático más que sobre el parasimpático pelviano. Debemos tener en cuenta que nuestra vida orgánica está subordinada también no sólo a la acción antagónica de los ortosimpáticos y parasimpáticos, sino las hormonas, cerebro y otros mecanismos todavía no aclarados, los cuales intervienen orgánicamente, además de los estímulos externos como son las sénsaciones agradables o desagradables; son fuerzas externas o internas que no sabemos cómo van a actuar o predominar en un momento dado. En la actualidad ha tenido mucha aceptación y casi se toma cómo causa de muchos trastornos mentales y sexuales, la acción de las hormonas; pero como estamos observando por estas explicaciones, el mecanismo es sumamente complicado y por ahora no es posible hacer un buen diagnóstico para saber cuál es y en qué cantidad intervienen cada uno de los órganos encargados o que tiene intervención en estas funciones tan delicadas.
LAS GLANDULAS PARATIROlDES EN LA HEMO-GLUCO-REGULACION Ocultas dentro de la tiroides o a su lado, se encuentran estas pequeñas glándulas, que no por su tamaño dejan de tener importancia para los asuntos que estamos tratando aquí; su situación es lo que hizo que se denominaran así. Son pequeñas masas amarillo-cafés de 5 a 10 milímetros de longitud, 4mm de anchura y 2mm de espesor; su peso es alrededor de 4 centigramos. Desde 1881, el gran fisiólogo francés, Gley, mostraba la importancia de estas pequeñas glándulas en el metabolismo general, sin poder precisar, entonces, su papel capital; fué hasta 1909, cuando Voetglin y McCallum demostraron su intervención directa o indirecta a través de los compuestos fosfocálcicos. La hormona paratiroidea administrada en grandes dosis aumenta la calcemia de 10mg hasta 20; este aumento del calcio sanguíneo, va acompañado de eliminación de mayor cantidad de calcio por la orina y de movilización de las reservas de calcio del organismo; es en los huesos donde es mayor esta movilización. La comprobación de estos hechos se demuestra por los fenómenos inversos: al animal al que se le priva de sus paratiroides, inmediatamente disminuye el calcio sanguíneo a menos de la cifra normal, y aumenta en la misma proporción el fósforo sanguíneo. No se ha precisado cómo se efectúan estos fenómenos; parece ser que el desalojamiento del calcio se efectúa por la combinación química en que se encuentra en el organismo bajo la forma de fosfato de calcio; esto sucede cuando en la sangre hay exceso de calcio; para permanecer el calcio debe combinarse con el fósforo, derivándose hacia los huesos que son los que almacenan las sales de calcio, cuando hay exceso en la sangre. Como veremos más adelante, también tienen estas sales un PAPEL AMORTIGUADOR, respecto a la concentración de iones H de la sangre, es decir, son los fosfatos unos de los principales REGULADORES del pH sanguíneo. Algunos experimentadores han creido que también la glándula paratiroides tiene un papel ANTITOXICO frente a algunos venenos; pero no hay suficientes argumentos para esta prueba. La detención de la eliminación por la orina, del fósforo y del calcio con persistencia de la excreción de las materias fecales del fosfato tricálcico insoluble y rico en calcio, de cuya salida resulta finalmente la hiper-fosforemia y la hipocalcemia y por el hiperparatiroidismo por exceso de formación del complejo fosfocálcico soluble cuyo aumento considerable de eliminación urinaria del compuesto fosfocálcico rico en fósforo y finalmente la hipofosforemia que trae la desmineralización ósea y consecutivamente la hipercalcemia. De todo esto resulta que: cuando la tasa de fósforo plástico baja, la paratiroides aumenta su producción de la hormona y ésta quita del esqueleto óseo el fósforo necesario para suplir la carencia de la llegada por vía sanguínea. La paratormona asegura la regulación del metabolismo del fósforo y del calcio de tal manera que la tasa de estos dos elementos, en él plasma sanguíneo, siempre permanece la misma, cualesquiera que sean las cantidades aportadas por la ingestión por cualquiér vía de entrada al organismo. La regulación de la secreción paratiroidea se hace principalmente por vía sanguínea, ésta se regula por la cantidad de calcio sanguíneo y por el fósforo de la circulación; por eso se dice que la calcemia es regularizada por el calcio, y el fósforo es regulado por el fósforo sirviéndose de la secreción de la paratiroidea. La hipófisis secreta una estimulina que también interviene en la regulación de la secretion paratiroidea; la demostración clara se ve cuando se extirpa totalmente la hipófisis; en estas condiciones, la extirpación es seguida de una atrofia completa de la glándula paratiroides; lo contrario sucede con la inyección de extractos de la parte anterior de la hipófisis que produce hipertrofia completa de la glándula paratiroides, con todas sus consecuencias; luego existe una secreción PARATIROESTIMULINA de la hipófisis. La glándula paratiroides estimula la secreción de la insulina y recíprocamente el páncreas estimula la secreción de la paratiroides. Sobre las secreciones internas de la glándula suprarrenal, ya vimos en otro capítulo su acción: el efecto prolongado de la secreción de la paratiroides agrava la tetania por la entrada en actividad de la adrenalina; confirmado esto por la hiperplasia, formación de tejido patológico a expensas del tejido sano, después de la extirpación de las suprarrenales. Parece que también la intervención de la vitamina D en la hipercalcemia se une a la acción de la secreción de la paratiroides; la explicación clara de estos fenómenos no se ha dado aún. Cuando se hace la extirpación total de la glándula, aunque a veces es difícil que sea total, por no saberse con precisión el lugar exacto donde se encuentran estas glándulas, los accidentes causados por esta extirpación son inmediatos; durante los dos primeros días el perro — se escoge este animal por tener la distribución topográfica de sus glándulas paratiroideas casi siempre en sitios fijos — se vuelve inquieto, triste, sediento o inapetente; después de este tiempo aparecen temblores fibrilares de los músculos de la cara, de los dedos y de la cola; poco tiempo después, se generalizan los temblores y aumentan los que se presentaron primero, haciendo verdaderas crisis convulsivas muy parecidas a las epilépticas; estas crisis se acompañan de aceleración de la respiración y del pulso, para terminar en el coma. Esta situación dura aproximadamente una semana, al cabo de la cual baja la temperatura, el adelgazamiento se vuelve extremo, la torpeza en los movimentos llega a su máximo y por fin sucumbe el perro en estado caquéctico. Con estos síntomas y signos, evolucionan paralelamente otros signos humorales; aumento exagerado del fósforo sanguíneo, con igual disminución de la calcemia, sin haber eliminación por ninguno de los emuntorios, de sales de calcio; estos cambios humorales traen primero alcalosis y ya para morir el animal, acidosis. Es posible darse cuenta cuando la extirpación no ha sido completa, porqúe estos síntomas son menos extensibles y tardan más tiempo en presentarse y persistir; en este caso, es posible, determinar o modificar favorablemente el estado del animal, por la administración de compuestos paratiroideos. La corroboración más completá, se ha obtenido cuando al animal sano se le administran compuestos de esta glándulá. En efecto, el aumento del calcio en la sangre, y la disminución de los fosfatos siempre están en relación; y la eliminación de estas sales en mayor cantidad, por la orina y por las materias fecales. Las dosis masivas producen accidentes agudos, rápidamente mortales: vómitos, diarrea, dificultad para respirar, hemorragias abundantes y por fin, colapso cardiorespiratorio. Las lesiones óseas son francas; nótese la descalcificación de la mayoría de los huesos; el hueso es reemplazado por tejido fibroso; el calcio se acumula en los riñones y arterias. La excitabilidad neuromuscular es una de las funciones especificas de esta hormona; parece que la explicación más real acerca de este fenómeno se debe a los cambios del ión calcio que existe en la sangre y en todos los tejidos; en efecto, los iones calcio y magnesio son moderadores de los nervios motores. Así es que la consecuencia de la falta o disminución de las sales de calcio, trae como consecuencia la ausencia de moderación nerviosa y consecuentemente la excitabilidad. El aumento de estas sales acarrea fenómenos inversos; parece que interviene para producir esta excitabilidad, el equilibrio ácido-básico, puesto que, como se sabe, la alcalosis, aumento de los iones OH, oxhidrilo, produce crisis de tetania, o lo que es lo mismo, excitabilidad neuromuscular puesto que esta alcalosis es consecuencia de la falta del ión calcio positivo. Se invoca también el papel que tiene la hormona paratiroidea en el metabolismo de los productos tóxicos derivados de la creatína: guanidina y tilguanidina; la orina de los animales que se les ha extraído la paratiroides es muy tóxica, lo que comprueba el papel que desempeña en el metabolismo de los elementos tóxicos derivados de la creatina; estos elementos son sustancias que inyectadas producen convulsiones por esta causa y se han invocado como elementos productores de la tetania, la falta de eliminación de estas sustancias tóxicas. Como los principales trastornos se efectúan sobre el metabolismo fosfócálcico, el fosfógeno indispensable para la contracción muscular es perturbado en sus cambios químicos; la hormona paratiroidea es indispensable para metabolizar este fosfógeno; creatina-fosfórica, desempeñando el papel de catalizador. La supresión o disminución de la hormona, impide este metabolismo y el aumento del fosfógeno hace disminuir la reacción muscular a las corrientes farádicas, las reacciones eléctricas están en relación inversa a la cantidad de fosfógeno muscular; por esto en la tetania aumenta la cronaxia. En 1925, Collip, obtiene bajo forma cristalina, una sustancia extraída de las paratiroides de la vaca que tiene los siguientes caracteres: polipéptido compuesto de muchos aminoácidos, todavía no determinados, y probablemente unidos a una proteína; da las reacciones de las proteínas por investigación química (reacción xantroproteica); contiene trazas de fierro y azufre; su pH es de 4.8; insoluble en las grasas y en el éter, algo soluble en el alcohol y muy soluble en el agua acidulada; es destruida por los fermentos digestivos y por esta causa no se administra por la vía digestiva. Desde que fué puesta en el mercado, la dosificación usual no ha variado, en 1cc van 20 unidades; la unidad esta determinada por el aumento de 50mg de calcio por litro de sangre, en un perro de 20kg; resultado que se obtiene a las 15 horas después de la inyección subcutánea de la hormona. Las indicaciones en medicina son: insuficiencia paratiroidea, tetania causada o por manifestaciones de insuficiencia, bajo nivel de calcio en la sangre, aunque no se haya definido si es por insuficiencia paratiroidea. Se detiene la aplicación de la glándula, cuando después de largo periodo de administración, se observa la hipertrofia de los tejidos paratiroideos. El uso prolongado de extracto paratiroideo, hay que evitarlo debido a la probabilidad que existe de que se desarrolle intolerancia, lo que se manifiesta por los síntomas observados cuando hay hiperparatiroideismo. La dosis, generalmente, depende del grado de hipocalcemia, por esto es conveniente, para suministrar este medicamento, estar controlando con frecuencia la calcemia. El ascenso del calcio en la sangre manifiesta desde luego la mejoría, y una vez obtenida ésta, debe mantenerse la misma dosis on que se logró esa mejoría, hasta regularizar el calcio sanguíneo. Es frecuente que dentro de las 8 a las 18 horas de haberse inyectado el extracto glandular, se nota por la dosificación en la sangre un cambio favorable. Este cambio se logra con la dosis de 20 unidades a 60; después para conservar una mejoría sanguínea se disminuyen 8 unidades más o menos y se mantiene así hasta que después de muchas dosificaciones del calcio se obtenga la dosis normal. No sólo es necesario, cuando se está administrando esta hormona, que se den sales de calcio y vitamina D, sino que sin estos medicamentos administrados a la vez puede ser muy peligroso el empleo de la hormona sola. Como ya dijimos, cuando hay exceso de extracto glandular se presentan: vómitos, diarrea, astenia general, falta de apetito, entre los sintomas ostensibles más constantes. Todas las teorías que han presentado los investigadores, de la forma en que actúa esta hormona, tienen interés por presentar hechos irrefutables por lo que es conveniente enterarse de cada una de ellas. La hormona mantiene a bajo nivel la eliminación de fosfatos por la orina, por esta causa hay hipofosforemia, al mismo tiempo que desmineralización ósea por liberación de fosfato tricálcico; para nivelar la cantidad de fósforo en la sangre; todo esto ocurre cuando hay acumulación de calcio que no puede ser eliminado rápidamente por el riñón y por las materias fecales. Para Collip y sus colaboradores, hay una activación directa de la hormona paratiroidea de los osteoclastos; los osteoclastos son grandes células de la médula ósea que sirven para la destrucción de la sustancia ósea (mieloplaxos), de lo que se desprende que la acción hormonal se lograría excitando estas células y la consecuencia resultaría por lo tanto de la destrucción; de aquí la desmineralización observada. Los contrarios a esta teoría hacen notar que si esto sucede es porque hay hipocalcemia en la tetania e hipofosforemia en la hiperparatiroidea. MacLean, Hastings y Compére, dan la explicación más ajustada a los hechos observados. La inyección al animal de algún fosfato soluble determina la formación de un complejo fosfo-cálcico soluble, no ionizable que se elimina rápidamente por la orina; por la acción catalizadora de la hormona, se forma este compuesto rico en fósforo y pobre en calcio. La dosificación del calcio total, es de verdadero interés en clínica y en biología, pero este dato debe completarse con la dosificación de las proteínas de la sangre; las alteraciones hipo e hipercalcemia, sin participación del calcio ionizado, no son de origen paratiroideo. La fosforemia no tiene gran importancia cuando no coincide con valores inversos de la calcemia; puesto que, como vimos, las dosificaciones inversas sí tienen interés en el diagnóstico y pronóstico de las afecciones de la glándula paratiroides. Desgraciadamente este signo humoral de la inversión de la calcemia y fosforemia no es constante; pero esta es de las pruebas biológicas más precisas. La dosificación en la sangre de la fosfatasa, diastasa capaz de desdoblar por hidrólisis, los éteres fosfóricos, en ácido fosfórico y alcohol, capaz también de efectuar la operación inversa de síntesis, necesita 20cc de sangre recogida sin preparaciones especiales, con la condición de que inmediatamente después de recogida sea examinada; el suero resultante de la inmediata coagulación es puesto en presencia de un éter fosfórico y después del suficiente contacto, la fosfatasa pone en libertad determinada cantidad de ácido fosfórico que es el que se dosifica. La sangre contiene normalmente 0,15 de unidad Kay por cc de plasma; o 4 a 5 unidades Bodansky por 100cc de suero. Esta última medición es la más empleada en los laboratorios; los niños contienen mayor cantidad que los adultos. La tasa de estos fermentos se eleva considerablemente en los padecimientos de los huesos causados por insuficiencia paratiroidea; este aumento puede pasar de 400%; pero estas pruebas no son determinantes en los padecimientos de hiperparatiroidismo; además no son especificas, puesto que no representan más que una prueba de la actividad de los osteoclastos; comprobando esto último, se observan también estos aumentos en otros padecímientos, como por ejemplo, en las ictericias por retención en los cánceres del riñón, etc. Ha sido muy difícil investigar, y consecuentemente dosificar, la hormona paratiroidea en la sangre; sólo la determinación indirecta por los efectos causados por la hormona en el metabolismo del calcio, es actualmente el procedimiento más apegado a la verdad sobre las investigaciones que nos llevan a determinar la dosis que regularmente circula en la sangre; en efecto, las mediciones sucesivas de la calcemía en el conejo, permiten darse una ligera idea de la acción franca de la hormona. También la excitabilidad a las corrientes eléctricas interviene en la regularización de la calcemia y de la fosforemia. Las cronaxias son inestables y aumentan en el hipoparatiroidismo y disminuyen en el hiperparatiroidismo, aunque esta técnica de investigación no es absolutamente categórica, no se ha encontrado otro procedimiento más exacto. Sabemos, como ya se dijo en otro capítulo, que la cronaxia depende, entre otros factores, de la cantidad de calcio en la sangre, del equilibrio ácido-básico, pH sanguíneo, y de la cantidad de fosfógeno en los músculos. Uno de los más exactos procedimientos para investigar la acción de esta hormona es por medio de radiografías que dan preciosos datos acerca de los casos donde se sospecha que existe hiperparatiroidismo; por ejemplo las que muestran el aclaramiento de las imágenes óseas. Precisamente por existir muchos procedimientos para saber el funcionamiento de estas glándulas, son todos inseguros. Debido a esto, todos los datos de laboratorio, junto con los clínicos y los radiológicos, pueden dar una buena idea del funcionamiento de la glándula paratiroides. Por orden de importancia en la hemogluco-regulación, estamos pasando rápida revista a la influencia de cada una de las glándulas de secreción, habiendo comenzado con las menos importantes; quizás sea por falta de conocimiento sobre su acción farmacodinámica, que aun muchas no han sido estudiadas. Atenidos a los conocimientos de actualidad sobre glándulas de secreción interna, seguiremos hablando de ellas de acuerdo con la importancia que tienen las hormonas en la Terapéutica Celular, dando breves reseñas hasta hablar por último del páncreas. La glándula más chica, aberrante, de situación imprecisa, la paratiroides, como acabamos de ver, es de capital importancia en la regularización del calcio; entre las más importantes funciones, como esta regularización trae aparejado un sinnúmero de cambios metabólicos de carácter vital en el organismo; la acción sobre el calcio ionizado y no ionizado ha hecho favorecer el estado eléctrico en ciertos enfermos que han recibido varios tratamientos de la TERAPEUTICA CELULAR. Ninguna de las pruebas del funcionamiento de la paratiroides tiene un valor definitivo; intervienen muchos factores hasta ahora desconocidos en el metabolismo fosfo-cálcico y por lo tanto no están suficientemente estudiados los métodos de exploración bioquímica, sobre todo los que se refieren a los intermediarios, puesto que sólo conocemos el principio y el final de casi todos los fenómenos de la vida, pero lo que hay intermedio se desconoce. La dosificación del calcio total en la sangre, que es la prueba más conocida recurriendo al método más preciso y siempre repitiéndolo, nos demuestra que la calcemia es de 100mg, por litro de sangre. En los animales que se les extirpa la paratiroides, hay variaciones de menos de la mitad del calcio y en los que tienen hiperparatiroidismo existen estados de más de 150 y hasta 200mg, por litro. Es frecuente que no exista paralelismo entre las reacciones humorales y los síntomas clínicos; por este motivo conviene hacer siempre todas las dosificaciones del calcio en la sangre, en las formas en que ésta se presente. El calcio de la sangre está constituido por dos fracciones casi iguales: el calcio proteico, no difusible, desprovisto de toda acción fisiológica que representa cerca de la mitad del calcio total y el CALCIO PROTEICO, difusible, que es él verdaderamente activo y que se encuentra en parte ionizado — en la proporción de dos terceras partes — y el no ionizado. El calcio difusible es íntegramente ionizado y como lo demuestra Hastings y sus colaboradores, existe una relación simple y constante entre las proteínas del plasma y su concentración en iones-calcio. Por este motivo no tiene interés hacer dosificaciones de calcio ionizado. -- MOMENTO TERAPEUTICO La inyección intravenosa de insulina produce los fenómenos de hipoglicemia más rápidamente y con mayór intensidad que por las vías ordinarias, apareciendo todos, casi simultáneamente. Por los motivos que después explicaremos, nos hemos servido casi siempre de esta vía para la introducción del medicamento y la descripción corresponde a la hipoglicemia aguda. La sensibilidad siempre es variable aun en el mismo individuo, pero de todos modos tales variaciones quedan siempre dentro de la descripción que vamos a hacer de la hipoglicemia. Esta variabilidad está de acuerdo con las reservas de glucosa del organismo. En un individuo a quien se le han puesto inyecciones de insulina y a quien se le han ido agotando dichas reservas, los síntomas hipoglicémicos aparecen en menor tiempo que en las primeras aplicaciones y con menor cantidad de insulina. En estos casos siempre es necesaria mayor dosis de glucosa para hacer desaparecer la hipoglicemia. Todos estos hechos observados en algunos miles de casos, confirman la teoría de que los síntomas se deben principalmente, a la falta de glucosa en el organismo, pudiéndose añadir otros fenómenos, tales como los de intoxicación probable por ácido láctico, que es una de las formas de desdoblamiento de la glucosa. Por lo expuesto, concluiremos diciendo que los accidentes de hipoglicemia son debidos, principalmente, a la falta de glucosa sanguínea; al exceso de ácido láctico y a otros productos de combustión celular. En consecuencia, tendremos que referir los síntomas hipoglicémicos a estos factores.
De los datos principaIes susceptibles de producir siempre el mismo choque hipoglicémico, tienen especial interés: la edad del individuo, su peso y la cantidad de glucosa, en ayunas. Seguramente que la cantidad de glucosa almacenada bajo la forma de glucógeno en el hígado y en los músculos, son factores de gran importancia, pero que, desgraciadamente por ahora, escapan a nuestra dosificación; es probable que por su cantidad determinen la intensidad y el número de síntomas que van a presentarse durante la hipoglicemia. Asimismo, los sistemas nerviosos central y vago-simpático influyen claramente en la génesis de la sintomatología de la hipoglicemia; por último, un grupo de elementos hormonales que tienen estrecha relación con la insulina, completan el cuadro sintomatológico. Sin duda, este conglomerado tan complejo, que fisiológicamente no ha podido ser desenmarañado, nos aclarará, con dificultad, la patogenia de la hipoglicemia provocada. La siguiente descripción corresponde a una media, tomada de enfermos que han sido tratados de padecimientos sin relación estrecha con la diabetes. Existen modalidades muy diferentes en el modo de responder a la acción de la insulina. Hay sujetos insulino-resistentes relativos, en los que es necesaria mayor cantidad de insulina para producir los mismos síntomas que en los individuos que reaccionan normalmente a la acción de esta hormona. Otros, cuya reacción es tardía, es decir, quienes, con la misma cantidad de insulina, tardan mucho más tiempo para presentar los síntomas tipo. Puede llamarse a éstos, insulino-resistentes por el factor tiempo. Existe otro grupo cuyos síntomas son poco manifiestos, sigue la curva de descenso normal y al llegar a su descenso máximo (menos de la mitad de la glicemia), aparecen todos los síntomas brusca y casi simultáneamente. En fin, existe un grupo cuya sintomatología y tiempo de reacción, es normal, pero que, por sí solo, regulariza su cantidad de glucosa sanguínea y, como consecuencia, desaparecen todos los síntomas hipoglicémicos. Se observa claramente en estos enfermos, que el sistema hemogluco-regulador ha hecho la defensa del organismo con el fin de mantener las constantes físico-químicas; este es el grupo insulino-resistente puro. Son pocos los individuos con este último carácter. Los investigadores que sostienen la insulino-resistencia han observado únicamente enfermos de diabetes en condiciones diferentes de glicemia. Ésta, como es sabido, varía con la alimentación anterior al momento de la aplicación de la insulina, así como también hace variar la acción de la insulina el estado psíquico del enfermo en el momento de aplicarla. Es más común observar individuos insulino-sensibles; aquellos a quienes con pequeñas dosis de insulina se logra bajar la glicemia a menos de la mitad en el mismo tiempo; otros, que con la cantidad normal de insulina presentan rápidamente los síntomas tipo; un tercer grupo, que podemos denominar hipersensible, que, con pequeñas dosis y en corto tiempo, da todos los síntomas que corresponden a mucho menos de la mitad de la glicemia, estando ésta de acuerdo con dichos síntomas; un cuarto grupo incluye individuos en los cuales se presentan, rápidamente, los síntomas que corresponden a menos de la mitad, sin que, en realidad, haya llegado a esa cantidad; por último, hay sujetos que en poco tiempo y con pequeñas dosis llegan con rapidez a menos de la mitad de la glicemia, presentando todos los síntomas de este estado. Administrándoles glucosa por vía intravenosa, sube la glicemia dos terceras partes, aproximadamente, en cinco minutos, con la desaparición simultánea de los síntomas correspondientes; pero se sostiene tan sólo algunos minutos, para volver a caer cerca de la primitiva hipoglicemia con la vuelta de todos los síntomas. Estos movimientos de descenso y ascenso rápidos, se repiten hasta 5 veces en el intervalo de dos horas, más o menos, subiendo, en definitiva, la glicemia, al igual que en los enfermos anteriormente descritos. (Ver gráficas, J. B. y N.J.) Para las anteriores clasificaciones, hemos tomado en cuenta 3 factores: dosis de insulina, tiempo de presentación de los síntomas e intensidad de éstos. Los tipos últimamente descritos corresponden a sujetos hipersensibles a la acción de la insulina. A pesar de las observaciones que han hecho algunos investigadores en experimentos realizados con animales, existen tipos claramente clasificados y perfectamente definidos, semejantes a los descritos. La glicemia fisiológica de 82mg por ciento se eleva normalmente y sin manifestaciones clínicas después de la ingestión de glucosa, alcanzando su máximo a los 30 minutos de manera tal, que llega a 100 y 110mg por 100cc, para nomalizarse al cabo de 2 horas. Con frecuencia, después de este tiempo, baja ligeramente a menos de lo normal para volver en seguida a su punto inicial. No se encuentran ni trazas de glucosa en la orina durante esta ligera hiperglicemia. Las curvas hipo e hiperglicémicas son muy semejantes y están de acuerdo con los fenómenos físico-químicos ya explicados: ambas curvas llegan a su máximo a los 35 minutos, más o menos, y sólo difieren en el mecanismo de su producción; para la hipoglicemia es necesario aplicar la insulina por vía intravenosa y para la hiperglicemia basta la ingestión de glucosa, obrando en las dos, los mismos factores de edad, peso, condiciones generales del sujeto, etc. < continuar 13 > |
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